En un contexto de progresiva desterritorialización
del Derecho, el análisis del diálogo judicial presenta
determinadas utilidades a la hora de reformular algunos
aspectos de una determinada forma de entender el
Derecho, caracterizada por el principio de territorialidad
y por una teoría de las fuentes del Derecho en la que el
juez tiene una posición claramente secundaria en relación
con el legislador y en la que las fuentes son relevantes
desde el momento en que se entienden como expresión
explícita de una voluntad. En este trabajo se aborda la
operatividad del diálogo entre la Corte Interamericana de
Derechos Humanos y el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos que, con un carácter horizontal y voluntario,
puede contribuir a generar un contexto de comunidad
en relación con los contenidos de los derechos humanos,
basado en el reconocimiento del valor de los argumentos
judiciales y en la autocompresión del juez como miembros
de una comunidad hermenéutica. In un contesto di progressiva deterritorializzazione del diritto,
l’analisi del dialogo giuridico presenta una indubbia utilità nel
riformulare alcuni aspetti di una determinata rappresentazione
del fenomeno giuridico, caratterizzata dal principio di territorialità
e da una teoria delle fondi del diritto che relegala giurisprudenza in
una posizione secondaria rispetto al quella tenuta dal legislatore e
qui le fonti sono rilevanti nel momento in cui si rappresentano come
l’espressione esplicita di una volontà. In questo studio si affronta
l’utilità del dialogo fra la Corte interamericana dei diritti umani e il
Tribunale europeo dei diritti umani, dialogo paritario e volontario,
che può contribuire a generare una comunanza in relazione ai
contenuti dei diritti umani, fondata sul riconoscimento vuoi del
valore delle argomentazioni giuridiche, vuoi del giudice quale
appartenente a una comunità ermeneutica.